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¿Qué son las lágrimas artificiales y para qué sirven?

¿Para qué sirven las lágrimas artificiales?

Las lágrimas artificiales son soluciones formuladas para aliviar la sequedad ocular y mejorar la lubricación de los ojos. Funcionan como un sustituto temporal de las lágrimas naturales, ayudando a calmar molestias como picor, ardor o sensación de cuerpo extraño en el ojo. Su uso se ha convertido en una solución eficaz y accesible para problemas derivados del síndrome de ojo seco, el uso prolongado de pantallas o condiciones ambientales adversas. 

Ahora bien, es importante conocer qué son las lágrimas artificiales y sus beneficios para elegir la más adecuada según nuestras necesidades.

Composición de las lágrimas artificiales

Las lágrimas artificiales están compuestas por sustancias que imitan las propiedades de las lágrimas naturales. Entre sus componentes destacan humectantes como el hipromelosa, carboximetilcelulosa o el glicerol, que ayudan a retener la humedad ocular. Además, algunas fórmulas incluyen electrolitos para favorecer la regeneración de la superficie ocular y conservantes que aseguran su durabilidad. Según lágrimas artificiales qué contienen, es posible encontrarlas sin conservantes, lo que resulta ideal para un uso frecuente o prolongado.

Tipos de lágrimas artificiales según su formulación

Las lágrimas artificiales pueden clasificarse en diferentes tipos dependiendo de su formulación y consistencia. Las más comunes son las lágrimas artificiales de baja viscosidad, que se presentan en forma de gotas líquidas. Estas son ligeras y de fácil aplicación, proporcionando alivio rápido sin alterar la visión. Son recomendadas para personas que necesitan una lubricación puntual durante el día o antes de tareas exigentes como el trabajo frente a pantallas.

En contraste, encontramos las lágrimas artificiales de alta viscosidad, que tienen una textura más espesa. Estas son más duraderas, aunque pueden nublar la visión temporalmente. Son ideales para aplicarse antes de dormir o en casos severos de ojo seco crónico. Finalmente, existen formulaciones específicas para usuarios de lentes de contacto, que permiten hidratar y mejorar la comodidad de las lentillas durante horas sin comprometer su uso.

Diferencias entre lágrimas artificiales y colirios

Las lágrimas artificiales están formuladas para hidratar y lubricar la superficie ocular, actuando como un sustituto temporal de las lágrimas naturales cuando la producción de estas es insuficiente. Son una solución libre de principios activos farmacológicos, por lo que su uso es seguro y no requiere prescripción médica. Estas gotas son ideales para aliviar la sequedad ocular causada por el uso prolongado de pantallas, ambientes secos o el uso de lentes de contacto, convirtiéndose en una herramienta diaria para mantener los ojos confortables y protegidos.

Por otro lado, los colirios están destinados al tratamiento de problemas o enfermedades específicas del ojo, como infecciones bacterianas, inflamaciones, alergias o incluso la reducción de la presión intraocular. A diferencia de las lágrimas artificiales, los colirios contienen principios activos que actúan directamente sobre la condición que se desea tratar y, por ello, deben ser administrados bajo prescripción médica. Su uso incorrecto o prolongado sin supervisión puede ocasionar efectos secundarios no deseados, como irritación ocular o alteraciones en la salud visual. 

Así, mientras que los colirios son medicamentos enfocados en tratamientos específicos, las lágrimas artificiales son una opción accesible, segura y recomendada para el cuidado diario de la salud ocular.

¿Para qué sirven las lágrimas artificiales?

Alivio del síndrome de ojo seco

Una de las funciones principales de las lágrimas artificiales es proporcionar alivio inmediato al síndrome de ojo seco, una condición cada vez más común en personas de todas las edades. Factores como el uso prolongado de dispositivos digitales, el envejecimiento o los cambios hormonales pueden reducir la producción natural de lágrimas, causando molestias y fatiga ocular. Al aplicar gotas artificiales, la película lagrimal se reestablece y el ojo recupera su hidratación natural.

Este producto también actúa como barrera protectora contra el polvo, el viento o el aire acondicionado, ayudando a reducir los síntomas más habituales del ojo seco como picor, enrojecimiento o sensación arenosa.

Uso en usuarios de lentes de contacto

Las lágrimas artificiales son especialmente útiles para personas que utilizan lentes de contacto de manera regular. A menudo, las lentillas pueden resecar el ojo debido a una disminución de la lubricación natural. Al aplicar estas gotas, se mejora la comodidad y se evita la irritación ocular que puede surgir tras varias horas de uso. Si eres un novato con las lentillas, no te preocupes. Te dejamos por aquí un post sobre cómo ponerse unas lentillas por primera vez.

Algunos productos están formulados específicamente para no interferir con las lentillas, ofreciendo una sensación de frescura prolongada. En estos casos, su aplicación puede realizarse directamente sobre las lentes para mantener su hidratación.

Protección en entornos adversos

Las personas expuestas a entornos con aire seco, contaminación o climas extremos pueden beneficiarse enormemente del uso de lágrimas artificiales. Estos factores ambientales afectan directamente a la superficie ocular, provocando sequedad y molestias. Aplicar gotas hidrata el ojo y crea una capa protectora que ayuda a bloquear agentes externos perjudiciales.

Por ejemplo, trabajar en oficinas con aire acondicionado o calefacción centralizada puede agravar la evaporación de las lágrimas. En estos casos, contar con lágrimas artificiales a mano es una solución sencilla y efectiva.

¿Cómo elegir las lágrimas artificiales adecuadas?

La elección de las lágrimas artificiales adecuadas dependerá principalmente de la causa de la sequedad ocular y de las necesidades particulares de cada persona. Para quienes experimentan sequedad leve o esporádica, como la provocada por el uso ocasional de pantallas digitales, ambientes con aire acondicionado o exposición al viento, las formulaciones de baja viscosidad son las más recomendadas. Estas gotas son ligeras, fáciles de aplicar y no afectan la visión, lo que las hace perfectas para un uso diario y rápido, especialmente en situaciones donde se requiere un alivio inmediato sin interrupciones en las actividades habituales.

Por el contrario, en casos de sequedad ocular severa o crónica, como la causada por el síndrome de ojo seco, enfermedades autoinmunes o tratamientos médicos prolongados, se aconsejan las lágrimas artificiales de alta viscosidad. Estas tienen una textura más densa que permanece durante más tiempo en la superficie ocular, proporcionando un alivio prolongado y efectivo, aunque pueden provocar una ligera visión borrosa temporal. Además, es fundamental prestar atención a la presencia de conservantes en las fórmulas. Para personas con ojos sensibles o que requieren un uso frecuente, las lágrimas artificiales sin conservantes son la mejor opción, ya que minimizan el riesgo de irritación ocular a largo plazo.

Si utilizas lentes de contacto, es imprescindible elegir lágrimas artificiales compatibles con las lentillas. No todas las formulaciones están diseñadas para ser aplicadas directamente sobre estas, por lo que optar por productos específicos garantizará una hidratación adecuada sin comprometer la comodidad ni la integridad de las lentes. En cualquier caso, consultar con un especialista en salud ocular puede ayudarte a determinar cuál es la opción más adecuada para tus necesidades particulares y garantizar un cuidado efectivo de tus ojos.

Las lágrimas artificiales son una solución eficaz, segura y accesible para combatir la sequedad ocular, ya sea ocasionada por factores ambientales, el uso prolongado de pantallas o condiciones de salud más severas. Elegir el producto adecuado, teniendo en cuenta la causa y tus necesidades específicas, te permitirá disfrutar de una hidratación ocular duradera y mejorar significativamente tu bienestar visual. No olvides consultar con un especialista si persisten las molestias o si usas lentes de contacto de manera regular.

Consejos para el uso correcto de las lágrimas artificiales

El uso de lágrimas artificiales es una solución eficaz para aliviar la sequedad ocular, mejorar el confort visual y proteger los ojos frente a irritaciones. Sin embargo, su aplicación y uso adecuado son esenciales para maximizar sus beneficios sin comprometer la salud ocular.

Instrucciones de aplicación

Aplicar lágrimas artificiales es un proceso sencillo, pero requiere seguir ciertos pasos para garantizar la eficacia del producto y evitar contaminaciones. Antes de comenzar, lávate las manos con agua y jabón y sécalas con una toalla que no deje pelusa. Agita el frasco si las instrucciones del fabricante lo indican y asegúrate de que el gotero no toque ninguna superficie, incluyendo tus ojos o manos, para evitar introducir bacterias en el producto. Inclina ligeramente la cabeza hacia atrás, tira suavemente del párpado inferior con el dedo índice y coloca una o dos gotas en el ojo afectado, sin que el gotero toque la superficie ocular. Finalmente, parpadea varias veces para distribuir uniformemente las lágrimas por toda la superficie del ojo.

Frecuencia y dosificación recomendada

La frecuencia con la que debes aplicar las lágrimas artificiales dependerá de las recomendaciones de tu especialista y de la gravedad de la sequedad ocular que experimentes. En general, se pueden usar de tres a cuatro veces al día, pero algunos productos están formulados para ser utilizados con mayor frecuencia, incluso cada hora, si es necesario. Si tus ojos requieren aplicaciones muy frecuentes, es posible que tu óptico-optometrista te sugiera lágrimas artificiales sin conservantes para evitar irritaciones derivadas del uso constante. Recuerda siempre leer las instrucciones del fabricante y consultar a un especialista si tienes dudas sobre la dosificación.

¿Es seguro su uso prolongado?

El uso prolongado de lágrimas artificiales es generalmente seguro, especialmente si utilizas productos que no contienen conservantes, los cuales son menos propensos a causar irritación o efectos adversos. Sin embargo, si sientes molestias persistentes, visión borrosa prolongada o empeoramiento de los síntomas, es importante que consultes a un especialista, ya que estos signos podrían indicar un problema ocular subyacente que requiere tratamiento específico. Usar lágrimas artificiales como complemento y no como una solución única para problemas oculares es clave para mantener la salud visual a largo plazo.

¿Pueden sustituir la producción natural de lágrimas?

Aunque las lágrimas artificiales pueden imitar y complementar la función de las lágrimas naturales, no pueden reemplazar completamente su producción. Las lágrimas naturales no solo lubrican, sino que también contienen enzimas, nutrientes y sustancias inmunológicas esenciales para la salud ocular. Las lágrimas artificiales ayudan a aliviar los síntomas de sequedad ocular y a mejorar la hidratación, pero si sufres de una disminución significativa en la producción de lágrimas naturales, es importante identificar y tratar la causa subyacente con ayuda de un especialista. En muchos casos, las lágrimas artificiales son un apoyo temporal o complementario mientras se sigue un tratamiento más integral.

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