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¿Es malo ducharse con lentillas?

ducharse con lentillas

Ducharse con lentillas es algo que muchas personas hacen sin conocer los riesgos que esto conlleva. Aunque pueda parecer inofensivo, esta costumbre puede ocasionar problemas para la salud ocular debido a la exposición de las lentillas al agua y a las sustancias químicas presentes en ella. En este artículo, desde Óptica Universitaria hablamos sobre si es malo ducharse con lentillas, cuáles los principales riesgos, qué hacer si ya lo has hecho y cómo prevenir posibles complicaciones.

Riesgos de ducharse con lentillas

Infecciones oculares

Ducharse con lentillas puede aumentar significativamente el riesgo de infecciones oculares graves, como la queratitis. Esto se debe a que el agua, incluso cuando es potable, puede contener microorganismos como la acanthamoeba, un parásito que puede infectar la córnea. Este tipo de infecciones son difíciles de tratar y pueden llegar a comprometer la visión si no se abordan a tiempo.

Las lentillas pueden atrapar y retener microorganismos presentes en el agua, lo que genera un ambiente ideal para que se multipliquen. Este contacto prolongado entre la lente y el ojo facilita que las bacterias o parásitos entren en la córnea, causando síntomas como dolor, enrojecimiento y visión borrosa.

Por último, es importante recordar que el agua de la ducha no está esterilizada y puede contener trazas de cloro o minerales que, combinados con la presencia de lentillas, favorecen la aparición de infecciones. Por ello, es fundamental evitar que el agua entre en contacto con tus lentes de contacto.

Irritación y sequedad ocular

El contacto del agua de la ducha con las lentillas puede provocar irritación ocular debido a la mezcla de minerales, cloro y productos como champús o geles de ducha que pueden penetrar en los ojos. Estos elementos alteran la composición natural de la película lagrimal, dejando los ojos secos e incómodos.

La sequedad ocular, causada por el contacto con el agua, es otro problema frecuente. Las lentillas necesitan mantenerse hidratadas para funcionar correctamente, pero el agua puede desestabilizar esta hidratación y hacer que las lentes pierdan flexibilidad, provocando incomodidad al usuario.

Además, el vapor caliente de la ducha también contribuye a la sequedad ocular, ya que evapora la humedad natural de la superficie del ojo. Esto puede empeorar los síntomas de irritación, haciendo que sea especialmente incómodo para las personas con ojos sensibles o que ya sufren de sequedad ocular.

Daño a las lentillas

Al ducharse con lentes de contacto, el agua puede afectar negativamente a las lentillas al alterar su forma, su composición o su capacidad de adherirse correctamente a la córnea. Esto no solo reduce su eficacia, sino que también puede aumentar el riesgo de molestias y complicaciones.

A su vez, los depósitos de minerales presentes en el agua pueden acumularse en las lentillas, disminuyendo su transparencia y provocando problemas de visión. Estos depósitos también pueden dificultar la limpieza y desinfección posterior de las lentes, aumentando el riesgo de infecciones oculares.

Por último, los productos químicos utilizados en el tratamiento del agua, como el cloro, pueden deteriorar el material de las lentillas con el tiempo. Esto hace que sean más frágiles y menos efectivas, reduciendo su vida útil y su capacidad para corregir problemas visuales.

¿Qué hacer si te duchas con las lentillas puestas?

Si accidentalmente te duchas con lentillas, es fundamental actuar de inmediato para minimizar los riesgos. Primero, retíralas tan pronto como sea posible y realiza una limpieza exhaustiva con solución desinfectante específica para lentes de contacto.

Después, observa si experimentas algún síntoma como enrojecimiento, picazón o visión borrosa. En caso de que notes alguna molestia, consulta con tu especialista en salud ocular lo antes posible para descartar infecciones u otros problemas.

Recomendaciones para usuarios de lentillas

Retirar las lentillas antes de ducharse

La mejor práctica es retirar siempre las lentillas antes de ducharte. Esto elimina cualquier riesgo de que entren en contacto con el agua y los microorganismos que esta pueda contener. Además, al quitártelas, proteges tus ojos de los químicos presentes en el agua y en los productos de higiene personal que podrían causar irritación.

Recuerda que tener un estuche y solución desinfectante a mano facilitará el cuidado de tus lentillas, permitiéndote mantenerlas limpias y seguras mientras te duchas. Este pequeño hábito puede marcar una gran diferencia en tu salud ocular.

Limpieza y desinfección posterior

Si, por algún motivo, no pudiste quitarlas antes de ducharte, es fundamental limpiar y desinfectar tus lentillas a fondo inmediatamente después. Utiliza una solución específica para lentes de contacto, nunca agua ni saliva, ya que estas no eliminan adecuadamente las bacterias y otros microorganismos.

Deja las lentes sumergidas en la solución durante el tiempo recomendado por el fabricante para garantizar una limpieza efectiva. Esto ayudará a eliminar cualquier residuo o contaminante que haya podido acumularse durante la ducha.

Alternativas para la higiene ocular

Uso de lágrimas artificiales

Las lágrimas artificiales son una solución eficaz para mantener la hidratación ocular, especialmente si usas lentes de contacto o tienes ojos sensibles. Estas gotas están diseñadas para imitar la composición natural de las lágrimas, ayudando a restaurar la película lagrimal que protege y lubrica la superficie del ojo. De esta manera, previenen molestias como la sensación de sequedad, irritación o picazón, que pueden intensificarse en entornos húmedos o con vapor.

Además, las lágrimas artificiales funcionan como una barrera protectora frente a factores externos que podrían dañar tus ojos, como el vapor caliente de la ducha o los residuos químicos de productos como champús o geles. Gracias a su capacidad para reponer la humedad perdida, no solo alivian las molestias, sino que también contribuyen a la salud ocular a largo plazo. Para mantener tus ojos cómodos y saludables, incorpóralas en tu rutina diaria, especialmente si pasas mucho tiempo frente a pantallas o en ambientes secos.

Gafas en lugar de lentillas durante la ducha

Otra alternativa es utilizar gafas en lugar de lentillas mientras te duchas. Aunque no son necesarias para la higiene personal, las gafas pueden proteger tus ojos de salpicaduras accidentales de agua o productos químicos.

Al optar por gafas, también permites que tus ojos descansen, especialmente si usas lentes de contacto durante largos periodos. Consulta nuestra selección de gafas de uso diario para encontrar opciones cómodas y funcionales.

Como has visto, ducharse con lentes de contacto no es recomendable debido a los múltiples riesgos que esto implica para la salud ocular y la calidad de las lentes. El agua, incluso la de la ducha, puede contener microorganismos y agentes que aumentan el riesgo de infecciones oculares graves, como la queratitis por Acanthamoeba. A su vez, el contacto con el agua puede deformar las lentillas, reduciendo su efectividad y comodidad.

Para evitar complicaciones, te recomendamos seguir los consejos que te hemos dado, retirar las lentes antes de ducharte, almacenarlas correctamente y mantener una rutina de limpieza y desinfección regular. Siguiendo estas recomendaciones, no solo protegerás tu visión, sino que también garantizarás la durabilidad y el buen estado de tus lentillas, disfrutando de una visión clara y saludable cada día.

En Óptica Universitaria, te ofrecemos las mejores soluciones para el cuidado de tus ojos y tus lentes de contacto. Visítanos y descubre nuestra amplia selección de productos diseñados para proteger tu salud ocular, desde líquido para lentillas hasta soluciones desinfectantes. ¡Cuidar de tu vista nunca fue tan fácil!