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Lentes Progresivas: Consejos y trucos para adaptarse a ellas

Debido a su naturaleza multifocal, en la adaptación a unas lentes progresivas, la persona debe aprender a mover sus ojos de manera adecuada para enfocar objetos a diferentes distancias. No obstante, este tipo de lentes son la mejor solución para aquellas personas que padecen de presbicia o vista cansada. A continuación, te vamos a mostrar una serie de consejos que te ayudarán a adaptarte a tus nuevas gafas de manera efectiva. 

¿Qué son las lentes progresivas? 

Las lentes progresivas, también conocidas como lentes multifocales progresivas, son un tipo de lente diseñada para corregir los diferentes problemas de visión, sin la necesidad de tener que cambiar de gafas. Están hechas para personas que padecen presbicia, un problema de visión que generalmente se desarrolla con la edad y afecta la capacidad de enfocar objetos cercanos. Además de la corrección de la presbicia, las lentes progresivas pueden abordar otros problemas de visión, como la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo en diferentes zonas de la misma lente.

Están hechas de materiales variados y se personalizan según la prescripción del paciente, a fin de proporcionar una visión clara y cómoda a diferentes distancias. Su diseño óptico gradual permite una transición suave entre la visión de lejos y de cerca, lo que las convierte en una opción perfecta para aquellas personas con múltiples necesidades de corrección visual.

Sistema de diseño de lentes progresivas 

El diseño de las lentes progresivas se basa en una graduación progresiva: la parte superior de la lente tiene la graduación para la visión de lejos mientras que la parte inferior tiene la graduación para la visión de cerca, así mismo, en la zona central de la lente encontramos la graduación para las distancias intermedias. Esto facilita una transición suave entre las distintas zonas de corrección, y permite a quienes las usan ver claramente a diferentes distancias sin la necesidad de cambiar de gafas.

En cuanto a los materiales, las lentes progresivas pueden estar hechas de diferentes materiales: plástico orgánico (CR-39), policarbonato, minerales o materiales de índice de refracción alto, que reducen el grosor, así como el peso de las lentes. También pueden incluir tratamientos antiarañazos, antireflejos, de protección UV o fotocromáticos, con el objetivo de mejorar su durabilidad y comodidad.

Primeros días con tus lentes progresivas

El uso de lentes progresivas requiere de un periodo de adaptación que permita al cerebro acostumbrarse a las zonas de visión específicas. La clave está en usarlas de manera constante para que la persona se acostumbre a ellas. Si después de un tiempo de adaptación se siguen experimentando molestias, entonces es importante consultar con un profesional especializado. 

¿Qué esperar en las primeras horas? 

Se ha demostrado que las lentes progresivas son la mejor solución para corregir la presbicia o vista cansada. No obstante, las primeras horas pueden ser un poco confusas. Al principio, es posible que experimentes una sensación de distorsión en los bordes de tus lentes progresivas. Esto puede generar una visión periférica ligeramente borrosa. Asimismo, durante las primeras horas sentirás que la visión intermedia es un poco inestable. No te preocupes. Con el tiempo tu cerebro encontrará la posición correcta para enfocar esta zona sin problema. 

Superando el período inicial de adaptación 

Es importante recordar que estos problemas suelen ser temporales y tienden a mejorar con el paso de los días a medida que te acostumbras a tus nuevas lentes. Ten paciencia y recuerda que cada persona necesita de su propio periodo de adaptación. Usar tus lentes progresivas constantemente, en lugar de alternar con otras gafas, puede ayudar a acelerar este proceso.

Técnicas y recomendaciones para una adaptación efectiva 

Para que puedas sacar el máximo partido a tus lentes progresivas, te recomendamos que pongas en práctica las siguientes recomendaciones. 

La importancia de la postura correcta 

Asegúrate de que tus lentes progresivas estén ajustadas adecuadamente por un especialista. Para ello, la altura de montaje de las lentes ha de coincidir con la altura pupilar  y la inclinación correcta. La montura ha de acoplar perfectamente con tu nariz y  la parte superior de la montura debe estar alineada con tus cejas. Para aprovechar al máximo tus lentes progresivas, mantén la cabeza erguida cuando mires objetos a diferentes distancias. Evita inclinar la cabeza hacia arriba o hacia abajo en exceso, ya que esto puede afectar la visión.

Cómo mover los ojos y no la cabeza 

Las lentes progresivas tienen diferentes zonas de visión. Si quieres ver algo que se encuentra lejos, no debes realizar ningún movimiento, ya que a la altura pupilar encontrarás la zona de visión para lejos. En el caso de que quieras usar la visión intermedia, entonces deberás bajar un poco la mirada para que tus ojos estén en línea con la parte intermedia de las lentes. Por último, para visualizar correctamente los objetos más cercanos deberás orientar tu vista hacia la parte más baja de los cristales, sin inclinar la cabeza. 

Uso adecuado en actividades específicas (conducir, leer, etc.)

Es importante que uses tus lentes progresivas en todas las situaciones y circunstancias. Para caminar, leer, conducir, ver la televisión… Cuanto más las uses, más rápido te adaptarás a ellas. Cuando leas un libro, un periódico o un dispositivo electrónico, coloca el material a una distancia cómoda de lectura de unos 30-40 centímetros de tus ojos. Asegúrate de mirar a través de la parte inferior de las lentes, donde se encuentra la zona de visión de cerca. 

Al conducir, usa la parte superior de las lentes, que es la zona diseñada para la visión de lejos. Esto te permitirá ver claramente la carretera, los semáforos y los letreros de tráfico. Mantén la cabeza en posición recta y los ojos enfocados en el horizonte. Evita inclinar la cabeza hacia abajo para mirar a través de la zona de visión de cerca, ya que esto puede afectar negativamente tu visión de lejos.

Como puedes ver, el uso de lentes progresivas requiere de una adaptación previa. Al principio es posible que sientas cierta incomodidad, que con paciencia y uso regular irá desapareciendo, para que puedas usar tus gafas multifocales sin problema alguno y en todas las distancias. 

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